Es muy importante que nuestros familiares aprendan y conozcan que debemos rendir nuestras alabanzas al Señor, que ellos entiendan que sin el Señor nada pueden hacer.
Enseñar a nuestras familias que existe un Dios, que ese Dios es quien les cuida y les guarda todos los días de sus vidas, y que deben agradecer y dar adoración hacia Dios de corazón, sin importar que las cosas que nos pasen sean buenas o malas.
Que ellos puedan reconocer a Dios como su inicio y dador de la vida, que se puedan postrar delante de Dios con regocijo, con alegría del corazón, y que ellos puedan llevar a los que les rodean a reconocer las grandezas del Señor.
En esos momentos de dolor y de angustia, el único que trae socorro y aliento es el Señor, por eso sean agradecidos, y aunque no tengas fuerzas, puedan cantar y alabar al Dios Todopoderoso y majestuoso.
Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él,
sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
Hebreos 13:15
Es como dice este autor de los Hebreos, que reconozcamos y demos sacrificio de alabanzas a nuestro Dios, que confesemos de su gran poder, de su obra poderosa que cada día podemos ver. Por eso esto debemos enseñar a nuestros familiares el poder y la majestuosidad de Dios.
Grande en poder, en misericordia, Su amor es infinito, cantemos a Dios para siempre, tengamos un corazón dispuesto a dar alabanzas sinceras y con amor al Dios que vive y reina para siempre. Que ese cántico esté en nuestras bocas día tras día.