La Biblia declara que aún si nuestros pecados fuesen como el rojo carmesí, Jesús puede limpiarnos como la blanca nieve. Nuestro Dios transforma, liberta y cambia al pecador a una nueva vida, y millones de personas hemos sido testigo de ello, sin importar cual sea el pecado.
En esta ocasión te presentamos el testimonio de Helder Oliveira, un joven de 28 años de edad, hijo de uno de los brujos más grandes en su localidad. Helder afirma que su madre le decía de niño que sus dos padrinos eran entidades demoníacas.
El joven tuvo que recorrer un largo camino, en el que se vio involucrado en asuntos muy hostiles, tales como la prostitución y el crimen. Llegó a un punto de depresión en el que gastó miles en la brujería, sin embargo, nadie podía ayudarle, hasta que acudió a Dios, donde le conoció luego de ser arrestado y dice que se sintió abrazado por el Señor.
Luego de cumplir su condena, decidió que su identidad era Cristo, y hoy en día se dedica a predicar en Brasilia y vender libros para el sustento de su familia. Helder anda testificando por todas partes que solo Cristo puede producir un cambio en el hombre y darnos una nueva vida.
