Con manos levantadas hacia el cielo alabaremos Su nombre por todo lo alto, daremos a Él honor y gloria, porque Él es bueno y ha sido bueno por siempre y para siempre.
Solo en Él nos gloriaremos porque su gozo será siempre nuestra fortaleza, y por eso es que le damos alabanzas a Él, porque Él siempre está atento para ayudarnos en todas las dificultades. Pero recordemos que no debemos alabarle solamente en los momentos malos, sino todo el tiempo, porque Él es grande por su poder y su majestad que es poderosa, porque vive y reina en las alturas.
En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,
Y para siempre alabaremos tu nombre.
Salmos 44:8
Oh, pueblos todos gocémonos y alegrémonos en Él y en su santidad divina, todo el tiempo alabemos su glorioso nombre porque Él es bueno con todos sus hijos y con todos aquellos que entran en sus sendas, porque todos los que entran en sus caminos andarán confiados y seguros.
A Él debemos días tras días darle nuestra mejor alabanza, porque Dios siempre nos ha levantado de nuestros peores momentos. Exaltemos Su majestad por todo lo alto, adoremos Su nombre porque Su misma Palabra dice que fuimos creados para alabanza de Su nombre.
Y como dice el salmo 150, todo lo que respira debe alabar a Dios. Que todos juntos a una sola voz digan lo bueno que es Dios, cuán buenas son sus obras para con cada uno de nosotros, porque somos bienaventurados por tener un Dios que nos ama y tiene compasión de nosotros. Demos gloria a Dios porque como Él no hay otro.